Existen dos tipos de receptores GABA, los de tipo a (GABAa) y tipo b (GABAb);
los primeros son ionotrópicos, esto es, su modelo funcional se basa en
la apertura de un canal iónico, mientras que los segundos se basan en
mensajeros secundarios a su estimulación.
Las bebidas alcohólicas contienen etanol. El receptor GABAa
es un complejo oligomérico con distintos sitios donde se unen
correspondiente ciertas sustancias; se disponen alrededor de un poro o
canal iónico que se abre selectivamente para el paso de los iones del
exterior al interior de la célula y de ese modo modificar el potencial
de acción hiperpolarizando la célula. El canal se abre cuando un ligando
se une a un sitio.
Cuando la molécula de etanol se une al sitio correspondiente, el canal iónico se abre permitiendo el paso de los iones de cloro
al interior. El número de estos durante el reposo es mayor en el
exterior que en el interior, esto induce a que el potencial de la
neurona sea de aprox. -75mV. Cuando los iones de cloro pasan al
interior, este potencial se revierte, incrementando el número de iones
dentro de la neurona e hiperpolarizándola. La hiperpolarización impide
que la señal eléctrica presináptica se convierta en postsináptica por lo
que el etanol ejerce un efecto inhibidor de la señal eléctrica.
Además, de la inhibición de la señal, el etanol inhibe además la producción de Monoamino oxidasa por lo que ralentiza la oxidación de la dopamina a nivel postsináptico y esto aumenta la sensación de placer natural.6
Cuando el etanol deja de hacer efecto por la metabolización hepática,
el placer disminuye porque la MAO comienza a oxidar la dopamina, y el
usuario tiende a buscar consumir más etanol para mantener el mismo
efecto placentero, lo que convierte al etanol en una sustancia
extremadamente adictiva.
Las benzodiacepinas se unen al sitio benzodiacepinico del receptor GABAa
. Al unirse, el GABA se libera y se une al receptor, abriendo el canal
iónico y ejerciendo un efecto sedante e hipnótico similar al etanol. El
mecanismo no es agonista ya que, al igual que el etanol, abre el canal
mediante una molécula secundaria; entonces es considerado igualmente un
modulador alostérico positivo.
El etanol es extremadamente peligroso ya que en su metabolización hepática se produce el metabolito acetaldehído, 20 veces más tóxico que el etanol y un posible carcinógeno.7
Las benzodiacepinas ejercen el mismo efecto sedante-hipnótico que el
etanol por lo que son utilizadas comúnmente para tratar el alcoholismo8 y la ansiedad.
interesante
ResponderEliminar